3/6/22. Nuestras prácticas ocupan nuestras mañanas, pero por la tarde sacamos tiempo libre para pasear y conocer las diferentes zonas de esta maravillosa ciudad.

Desde el centro, Eyre Square, nos encontramos con una de las dos calles principales: la de las compras. Es una calle amplia en la que normalmente podemos encontrar a gente tocando; Ol’ times es una de las bandas que más muchedumbre suele atraer.

Al final de la calle hay una bifurcación; a la izquierda tenemos la calle de los restaurantes (Quay Street) que enlaza con el Spanish Arc (aún no entendemos el porqué del nombre porque realmente no está relacionado con España); mientras que a la derecha tenemos una callejuela lateral a la catedral de San Nicolás en la que todos los fines de semana hay mercado (de comestibles los sábados y de artesanía los domingos).

Puedes encontrar pub´s en cualquier parte de la ciudad, pero cruzando el puente desde la zona central y dirigiéndote al otro lado de Galway, encontrarás unas calles repletas de bares, pubs y ambiente de fiesta. Es imposible pasear por allí y no encontrarte con alguien conocido.

El tiempo no siempre acompaña para estar por fuera, y precisamente por eso, cuando el más mínimo rayito de sol asoma, la gente de aquí busca planes para sacarle el máximo partido.

Uno de las características más llamativas de Galway es que está dividido por el río Corrib, que a su vez tiene una especie de isla en el medio (La isla de la Monja). La ciudad está por tanto repleta de puentes y de espacios verdes a la vera del rio en la que la gente aprovecha para quedar con sus amigos a charlar o hacer pequeños picnics.

Carla