El pasado 19 de abril, los alumnos de latín y griego  tuvieron la oportunidad de acudir al XVII Festival de Teatro Grecolatino de Gijón. En esta ocasión se pudo asistir a la representación de una tragedia, Hécuba, de Eurípides (siglo V a. C.), y de una comedia, Pluto (esto es, Dinero), de Aristófanes (siglos V-IV a. C.)

Ambas son obras griegas de la antigüedad, pero transmisoras de unos mensajes y unos valores que no han cambiado hasta hoy a pesar del gran intervalo temporal que media: de ahí el valor perenne de los clásicos.

El teatro Jovellanos estaba lleno de estudiantes de enseñanza secundaria procedentes de todos los rincones de Asturias, e incluso de fuera de la región.

El grupo de actores, compuesto por estudiantes de secundaria, de universidad y por semiprofesionales, y dirigido por José Luis Navarro y Gemma López, presenta puestas en escena muy fieles al original, pero a la vez con las necesarias actualizaciones. El resultado son obras premiadas una y otra vez en diversos concursos de teatro.

Hécuba pone en escena el drama de la reina troyana, la protagonista de la obra, que, una vez tomada Troya y hechas prisioneras las mujeres por los conquistadores griegos, que las convierten en sus esclavas, tiene que soportar el sacrificio de su hija Políxena. Hécuba se muestra fuerte, pero cuando se entera de que también su hijo Polidoro ha sido asesinado con engaños, ya no aguanta más y trama una venganza: con ayuda de las cautivas troyanas (el coro de la tragedia) deja ciego a Poliméstor, el asesino de Polidoro, y mata a sus dos hijos pequeños.

La violencia gratuita que sólo engendra violencia, lo absurdo de la guerra, o los sentimientos de dolor inconsolable de una madre que ha perdido a sus hijos son los temas universales de esta obra. En la representación brilla con luz propia la figura de Hécuba, que interpretada magistralmente, arranca escalofríos de compasión, a la vez que de admiración, en el espectador.

Por su parte, Pluto propone, en tono alegre y divertido, una fábula sobre el reparto de la riqueza y la pobreza. El protagonista, Crémilo, un campesino ateniense, tras ser aconsejado por el oráculo de Delfos, se encuentra con un anciano ciego, Pluto, personificación de la riqueza, que reparte sus favores injustamente pues está privado de vista. Con ayuda de su criado Carión, Crémilo lo lleva al templo de Asclepio, dios sanador, para curar su ceguera, con lo que así el dios puede favorecer a todo el mundo. Se concluye con diversas escenas en las que la riqueza y la pobreza han perdido sus valores, pues Pluto favorece a todos. La obra concluye con una alegre procesión de los personajes y el coro en dirección a la Acrópolis de Atenas para entronizar a Pluto en el opistódomo del templo de Atenea como guardián de la ciudad. En la escena final, se encierra a Penía, la Pobreza, en una cesta de mimbre, y todo el mundo es feliz: es el final de una comedia que plantea la situación del mundo al revés.       

Los alumnos (y los profesores, claro) disfrutaron enormemente con estas obras. ¡El año que viene volvemos!  

 

Páginas de los grupos de teatro, ambos del I.E.S. Carlos III, de Madrid:

www.heliosteatro.com

www.seleneteatro.com